El muñeco o trapito de apego es aquel objeto especial para el bebé, indispensable a la hora de dormir o cuando necesita consuelo y que, de alguna manera, representa a la mamá dándole seguridad. Este suele aparecer entre los 7 u 8 meses que es cuando el bebé empieza a formarse como independiente de su mamá. Representan su apertura al mundo.
Es un juguete que el niño elije, no es impuesto. Los padres ofrecen una variedad de objetos y, de entre ellos, el bebé elige aquel con el que se sienta más apegado. Puede que parezca que no es el más bonito ni el más llamativo, pero es el que le gustó y pasara a ser su preferido.
Es suave, blandito y con un olor especial que siempre llevan con ellos. El proceso emocional es diferente en cada niño: para algunos, el objeto transicional es la propia mamá; mientras que para otros, necesitan aferrarse a un objeto. Tiene un olor especial debido a su manipulación, lo muerde, lo babea, lo abraza y duerme con él. Ese olor puede ser también un perfume de la mamá, el que se usa para la ropa o algún aroma que el pueda identificar.
La mantita de apego es un compañero fiel y el niño no se separa de él. Lo lleva a la guardería, de paseo, a la cama, en el coche, permaneciendo siempre a la vista y al alcance del niño.
Todos nuestros amigurumis cumplen esta función, pero hay algunos modelos que están pensados para los primeros años de vida como los son los sonajeros, las mantitas de apego y, en particular, los pulpitos. Los sonajeros son una argolla con la cabecita de un animalito, de un tamaño entre chico y mediano, de 12cm de alto aproximadamente. Son de fácil manipulación por los chico, sobre todo en el primer año de vida. Estos son más un juguete para tirar y levantar. Pueden considerarse como juguetes para tranquilizar momentos de angustia o para distraer del llanto.
Las mantitas de apego las realizamos en dos formatos: tipo manta cuadradita de 30cm o con cuerpito chato. Esto hace que sea de fácil agarre y que se identifique solamente algunas partes del cuerpo como la cabeza y los bracitos del amigurumi. Junto con los pulpitos, son ideales para que los abrasen, les den seguridad y los acompañen en el descanso, ya que son mas grandes que un sonajero dando la sensación de estar acompañados.
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